Escribí este cuento para la pequeña Isla, la hermanita un poco mayor de Paula, la niña del cuento anterior a este. Isla, sabe que su hermanita necesita de muchos cuidados de sus padres, y a veces siente un poco de celos, pero adora a Paula.
La niña da vueltas y vueltas con los brazos abiertos, girando y girando. Estrellitas la iluminan y giran sobre ella. Está feliz porque un hada, blanca y con su varita mágica, entró volando por la ventana, para jugar con la niña encantada.
¿Cómo te llamas? Le pregunta el hada.
Isla, es mi nombre. Le dice la niña.
¿Isla? Dice el hada blanca. Es el nombre más bonito que he escuchado, ¿y quién te ha puesto ese nombre?
Mi mamá y mi papá. Contesta la niña.
Sabes, para que te hayan puesto un nombre tan precioso te deben querer muchísimo. Le dice el hada.
Si me quieren mucho, pero me parece que quieren más a mi hermanita…
¿Por qué piensas eso? Le pregunta el hada.
Porque están más con ella que conmigo, se preocupan mucho y a mi me dicen que luego, que más tarde, que ahora no. Dice Isla un poco triste.
No es así, Isla, a ti te adoran, te quieren muchísimo, lo que pasa es que tu hermanita necesita más cuidados y tú lo sabes…
Si, pero yo quisiera que estén más conmigo…
Mira, Isla, tus papás sufren porque no pueden estar más tiempo contigo, ellos quisieran eso porque tú eres una niña que todo el mundo ama. Le dice el hada. Y te lo voy a demostrar, toma mi mano y no tengas miedo.La niña, tomada de la mano del hada, sale volando por la ventana hacia la ciudad que está allá abajo. Los niños que juegan en la plaza la ven y la saludan: Isla, cómo estás, que suerte que vuelas…
Luego, volando, llegan al bosque y los gnomos y los duendes la invitan a tomar chocolate con pastel de crema, vistiendo su mesa con manteles floridos y margaritas en los floreros. La llegada de Isla para ellos es motivo de una fiesta, porque están ante la niña más hermosa y buena del mundo. Para que esté a tono para la fiesta, el hada toca con su varita mágica a Isla y un vestido rosa precioso, con un moño de Cenicienta, y una corona de flores en su cabecita la viste de repente encantando a todos los presentes. Llegan príncipes y princesas de todas partes al lugar. Nadie se quiere perder el acontecimiento para la niña más hermosa que todos han de ver. Los animales del bosque: ardillas, bambis, palomas y conejos, se acercan a saludarla muy contentos, y bailan a su alrededor, acompañados por la música que Isla toca en un piano blanco y de cola.
Qué bien tocas el piano, nadie lo hace como tú en todo este bosque encantado. Le dicen. Y todos cantan a coro que Isla tiene un gran corazón.
Cuando termina la fiesta, vuelve la niña con el hada, volando a la puerta de su casa. Papá y mamá preocupados la reciben con abrazos y muchos besos emocionados.
No sabíamos dónde estabas, Isla querida, no sabes cuanto te extrañamos y amamos. Le dicen a Isla y ella los besa muy fuerte porque sabe que es verdad lo mucho que la aman.
Tengo mucho que contarles. Les dice a sus papis queridos. Pero antes voy a hacer algo que para mi es muy importante. Y corre a abrazar a su hermanita, porque también mucho la ha extrañado.