Justina vive en una ciudad
a orillas de un gran mar.
Le gusta caminar por la playa
sintiendo el sol en su cara.
Cuando la noche llega
en el cielo se ven muchas estrellas.
La niña imagina al verlas
que son ángeles con velas.
Piensa que ellos tienen suerte
al estar tan cerca de la luna.
Justina es la afortunada
porque todos los días que quiera
el mar mojará sus pies descalzos
con su espuma sobre la arena.
Justina vive en un lugar
que tiene un inmenso mar.
Este cuento me recuerda a cuando yo vivía en Las Palmas.
ResponderEliminarMuy bonito