Santiaguito está enamorado y ya no puede esperar más. Esta noche se lo dirá a su vecinita, Agustina, y para eso elaboró un arriesgado plan. Llegó el momento, todos duermen, afuera la temperatura es agradable por el verano así que su amada dormirá con la ventana abierta. Sale de su casa sin hacer ruido, en pijama y descalzo. Cruza su jardín hacia el jardín de la casa de la niña. Lleva en la mano una cartita de amor que le escribió y, atándola a una piedra la arrojará hacia esa ventana que está en la parte alta de la casa, para luego volver a su cama feliz. Pero algo sale mal.
Un perro comienza a ladrar como loco despertando a todo el barrio. Santiaguito se queda paralizado por el miedo y no puede moverse. Parece un gnomo de jardín al quedarse duro como una estatua. Aparece un auto de policía con las sirenas sonando y con sus faros potentes iluminándolo. Eso no es todo, también llega el camión de exteriores de ese canal de noticias de la tele que siempre se presenta en todos lados. El pobre Santiaguito enamorado casi se muere del susto. “Está todo bien, es sólo un niño asustado” dice el oficial de policía hablando por su walkie talkie. “Vamos niño, vete a casa que es muy tarde ya”.
La mamá, desesperada, sale corriendo de la casa y logra mover a Santiaguito para llevarlo de vuelta a su hogar, mientras el camarógrafo del canal lo sigue enfocándolo todo el tiempo. Entonces, el pobre niño frustrado y triste, levanta su vista hacia la ventana de Agustina y la ve. Ella lo mira desde arriba con esos ojos celestes que lo tienen tan enamorado. Con ese cabello rubio con el que sueña todas las noches y esa sonrisa por la que se pelearía con todos los chicos del cole. Y ocurre un milagro. El milagro más grande de todos los tiempos. Agustina, se besa la palma de su mano derecha, la apunta hacía él, y soplando suavemente le arroja un beso que cruza todo el aire hasta posarse tiernamente en la mejilla del niño. La gloria.
Sí, Santiaguito está en la gloria. Acostado en su cama, después de que su mamá lo arropara, piensa en ese momento sublime que ha vivido. También piensa que cuando a la mañana todos estén desayunando lo verán por la tele, después de todo el canal de noticias lo filmó. De pronto se hará famoso, eso si que no lo había pensado. Parece que Agustina entonces tendrá que esperar, porque mañana todas sus compañeritas del cole querrán ser sus novias. “Esta sí que fue una gran noche” se dice a si mismo, cierra los ojos y se duerme.
Fatal el comportamiento del niño. Enamorado hasta que se hace famoso y entonces...No, el amor verdadero tiene que estar por encima de las cámaras de televisión.
ResponderEliminarAhora la niña cambiará su nombre por el de Tina y venderá en todos los programas la vida de su enamorado vecino. Si viviera en España seguro que lo haria.
Ricardo, muy bonito, como todo lo que escribes.